sábado, 9 de mayo de 2015

Un alto en el camino...

 
...para mirar con calma el horizonte.
 
 Visto lo visto (el fracaso de ciertas editoriales jóvenes editando novela popular española) parece claro que los aficionados a esta no son suficientes ni bastantes para mantener en el mercado unas ediciones que tienen que competir con las demás publicaciones "normales", y en unos tiempos en los que cada día cierran librerías, y en los que al dia siguiente de salir de la imprenta ya hay versiones digitales pirata.
 
Algunos editores se confiaron en el entusiasmo mostrado en algunos grupos sociales ante tesoros desaparecidos que reclamaban reediciones inmediatas. Los "me gusta" son muy engañosos, no significan, necesariamente, que vayan a adquirir eso que les agrada; ni siquiera el mínimo de componentes a dichos grupos garantiza que a todos ellos les interese. Como en cualquier otro grupo de personas, de cualquier naturaleza (excepto las sectas) cada cual es cada quien, y cada uno es de su padre y de su madre; a unos les interesará la ciencia ficción exclusivamente y nunca leerán nada fuera de ese género; a otros el policiaco (y otro tanto); a otro el oeste, a otro el terror...

 Además estos aficionados quizás sean exclusivos buscadores de ediciones originales (coleccionistas) y teniendo ya esos ejemplares no quieran nuevas ediciones.

 Quizás los tiempos que nos tocan vivir son duros para todos, y han/hemos de pensarnos muy mucho qué libros compramos y de qué libros podemos prescindir... por el momento. Y, definitivamente, debemos aceptar el hecho de que somos pocos a los que nos interesa la novela popular española, muy pocos.

 A la media de lectores habituales (esos pocos que compran y leen libros en este país) los bolsilibros no les interesan, esas portadas estridentes, bizarras, anticuadas, les echan para atrás. Esas novelitas que son/fueron baratas, pequeñas, desechables, las arrinconan en las profundidades del "yo leo calidad o entretenimiento sancionado por las listas de ventas o las reseñas de los suplementos dominicales".

 Y esta quizás sea la clave que deberían tener presente las editoriales que se arriesguen a publicar estas recopilaciones de novelas cortas de género (otro inconveniente: los lectores leen novelas, cuanto más gordas mejor; los cuentos no venden tanto): no mirar a los aficionados a la novela popular. Ellos ya conocen este material, ya conocen los seudónimos, tienen sus autores favoritos, no es necesario descubrírselo.

 No; hay que convencer, seducir, "engatusar" precisamente a aquellos que no tienen ninguna intención de adquirir este material, hay que romper el prejuicio. Hay que darles CALIDAD, que muchas de estas obras que tratamos la tienen, por arrobas. Pero hay que seleccionar estas joyas, hay que envolverlas en un estuche precioso, "vintage". No hay que disfrazar su naturaleza, porque no hay que dar gato por liebre a los lectores, pero, dicho de otra manera, no es necesario recalcar que este material proviene de los bolsilibros.

 
                (La propuesta de Darkland en este camino... en lo que quizá sea el canto del cisne)

 El otro camino es el que comienzan a explorar Alberto López Aroca, Mercedes Gallardo Asensio, Andrés Peláez Paz y Sergio Bleda, y que consiste en darle a los aficionados nada más y nada menos que justo lo que quieren, y de la mejor manera posible. Editor y lectores en comunicación directa, gracias a, precisamente, esos grupos sociales digitales.

 En definitiva practicar aquella máxima que enunció ese referente de la cultura occidental que fue Barrio Sésamo: "Solo no puedes; con amigos sí."

 La primera obra de esta naturaleza será Monstruos en el Oeste, una selección de las novelas cortas dedicadas por Juan Gallardo Muñoz a eso que se conoce por Weird Western, y que supongo ya conocerán de sobras los interesados (si no es así, y quieren saber de qué se trata acudan a fabulasext@hotmail.com )



 No querría que nadie tomase estas reflexiones en voz alta como un correctivo o un rapapolvo a lectores o editores. Son solo eso: reflexiones, en mi preocupación porque la reivindicación de la novela popular española, sea por el camino que sea, estos dos o algún otro que se proponga, llegue a buen puerto. Soy el primer interesado porque necesito leer todos estos tesoros olvidados, y para que haya continuidad se necesita que sea un negocio rentable. Sí, por desgracia la cultura también es negocio.

 
(Tres de esas novelas que los aficionados pedían de uno de los autores más populares. Ya están aquí, en una edición moderna y asequible, por la Editorial D´Lorean)