martes, 19 de marzo de 2013

Un ataque a la nostálgia (tercera parte)

 En la cadena evolutiva humana el adolescente está más cerca del austrlopitecus que del homo sapiens. Es un recipiente de nitroglicerína ambulante, medio desquiciado por las hormonas, y completamente arruinado para la sociedad, que debe romper con todo lo pasado pada poder ser un Adulto más Adulto que los adultos. Se deshace de todas esas tonterías de niños de babero; las tiras , las regalas...
 Y pasa el tiempo. Te has construído una personalidad cimentada en unos sólidos pilares que van, desde Dashiell Hammett o Theodore Sturgeon, hasta John Steinbeck, Truman Capote, Shakespeare... Y adnites, con una sonrisilla condescendiente, que tambien estás contruido por ladrillo, modestos pero fundamentales, hechos de tebeos y noveluchas. Confiado, sonriente, con alegría, te sumerjes en esos tesoros recuperados..., y te das cuenta de que la niñez lo engrandece todo. Todo parecía mejor entonces, y perdonabas cosas que, hoy en día, no puedes perdonar; dibujos malos, historias tontas, héroes estúpidos.
 Se puede salvar alguna cosa, por supuesto, cosas que te hacen sentir bien, como cuando te compras una bolsa de gominolas, o descubres, en el fondo de un cajón, el album completo de Marco, de Danone.
 Pero, en general, per se, te das cuenta de que la nostálgia no es garantia de nada.
 En resumen lo que hemos querido contar (de una manera farragosa y torpe, es cierto) es que lo que pretendemos con este proyecto en reivindicar unos textos y unos autores valiosos, no porque nos traigan agradables recuerdos de juventud, sino porque nos hacen disfrutar ahora, en nuestra senectud.
 (Final)

No hay comentarios:

Publicar un comentario